Las desigualdades entre mujeres y hombres en materia de Pensiones

Voy a analizar las desigualdades entre mujeres y hombres en el ámbito de las pensiones, un tema de gran relevancia social y económica. 

Para ello, me basaré en los datos del informe “Principales indicadores estadísticos igualdad (febrero 2023)” publicado por el INSTITUTO de las MUJERES, que ofrece una visión actualizada y comparativa de la situación de mujeres y hombres en España.

Del informe recorto la siguiente imagen: 

Se observa que la pensión media total de las mujeres es inferior en un poca mas de un 30% a la de los hombres. Esto se puede deber a varios factores, como la menor participación laboral de las mujeres, la mayor incidencia del trabajo a tiempo parcial y la interrupción de la carrera profesional por motivos de cuidado familiar. 

A pesar de los esfuerzos y avances en materia de igualdad las mujeres tienen una menor tasa de actividad y de empleo que los hombres, lo que implica que cotizan menos años y aun asumen la mayor parte de las tareas domésticas y de cuidado, lo que les resta tiempo y recursos para dedicarse a su desarrollo profesional y personal. Esto se traduce en una menor autonomía económica y una mayor dependencia de los ingresos de sus parejas o familiares

Las pensiones que suelen ser más bajas, como las de viudedad, orfandad y a favor de familiares, son las que tienen una mayor presencia femenina. Estas pensiones no derivan directamente de la cotización individual, sino que se conceden por razón de parentesco con el causante. Por tanto, reflejan una situación de dependencia económica de las mujeres respecto a los hombres.

Estas desigualdades en las pensiones tiene consecuencias negativas para las mujeres, especialmente en la vejez. Las mujeres tienen una mayor esperanza de vida que los hombres, lo que implica que necesitan más recursos para mantener su nivel de vida durante más tiempo. Sin embargo, al recibir pensiones más bajas, tienen un mayor riesgo de pobreza y exclusión social.

Creo que la socialización diferencial de niñas y niños tiene una gran influencia en el origen de las desigualdades de género que se observan en la sociedad. 

Lo común es que los niños y niñas  en su crianza reciban mensajes distintos sobre lo que se espera de ellos, lo que pueden hacer y no hacer, lo que es apropiado y lo que no para su genero. Estos mensajes se basan en estereotipos de género, que son creencias generalizadas y simplificadas sobre las características y roles de hombres y mujeres. Los estereotipos de género condicionan en cierta medida las posibilidades de desarrollo personal y social de las personas, al asignarles unas capacidades, intereses, valores y comportamientos predeterminados por su género. Estas expectativas y conductas refuerzan la división sexual del trabajo.

Para reducir las desigualdades entre sexos en las pensiones, se requieren más medidas que fomenten la igualdad de oportunidades y la corresponsabilidad en el ámbito laboral y familiar. Algunas de estas medidas podrían ser: mejorar la conciliación entre el trabajo y la vida personal, eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres, revalorizar las pensiones mínimas y no contributivas.